La lluvia no duró mucho, pero las imágenes que dejó fueron increíbles para ser la segunda lluvia de la temporada –la primera ya había causado apuros–. La cancha de Garcilazo fue uno de los lugares más afectados, el agua estancada mostraba más una laguna que un espacio para jugar futbol. ¿La razón? No hay un correcto desagüe en la zona que recibe el agua de zonas más altas como el mercado San Antonio.
“Me preocupan los escolares, ellos no pueden pasar de un lado a otro. Hasta piedras se lleva el agua”, comentó la vecina Ana María Torres al pedir a las autoridades que trabajen en abrir un espacio adecuado para que el agua llegue a la quebrada cercana donde montañas de “relleno” impiden el paso libre de la lluvia.
Mientras tanto, en la cancha, varios jóvenes del equipo del barrio decidieron intentar jugar futbol pese a que el agua les llegaba por encima de los tobillos, a los más grandes, y hasta las rodillas, en el caso de los más pequeños.
Otra cancha que también terminó inundada fue la de Valle Hermoso, hecha con césped sintético.
La pista de motocross también resultó afectada y el entrenador de ese deporte, Alejandro Espada, pidió que se haga el muro defensivo que piden desde hace mucho tiempo. “Vamos a tener que postergar una vez más el campeonato departamental”, lamentó al explicar que acudieron al llamado del cuidador, cuyos cuartos quedaron bastante afectados.
En la calle Santa Elena, a una cuadra del nuevo edificio de la Facultad de Enfermería, en el barrio Santa Bárbara, el agua avanzó causando un lodazal que arrastró basura y sedimentos que taponearon las bocas de tormenta de toda la zona, según reclamaron los vecinos.
Pero no sólo las calles de tierra fueron afectadas; en algunas unidades educativas, como la de San Juanillo,se reportó inundación a causa del taponamiento de sumideros, informó el encargado de Infraestructura Externa y Emergencias de la Alcaldía de Sucre, Agustín Ramos, quien afirmó que durante la noche continuaron los trabajos en la cancha de Garcilazo.
En pleno centro de la ciudad, la avenida del Maestro se inundó durante la lluvia porque el agua no encontraba salida alguna.
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