Esta familia, al igual que varios de sus vecinos y de otros barrios, se ha visto obligada a dejar su inmueble porque el agua ha cubierto todo, al extremo que en las partes bajas está a punto de llegar al tejado.
En el barrio Tierras Nuevas, los esposos Licidio Santos y María Teresa Ramos, y sus hijos, de 13 y 5 años, trabajaron en plena lluvia intentando abrir una cuneta a fin de desviar el agua, que corría como río por la avenida, hacia otro lado.
Panorama desolador
En otros barrios el drama fue igual o peor. La persistente lluvia, que según Aasana fue de 117,9 litros por metro cuadrado y que cayó durante 16 horas, anegó calles y viviendas, paralizó gran parte de las actividades
laborales y comerciales y afectó el transporte público.
La gente tuvo dificultades para trasladarse a sus fuentes de trabajo, pues esperó mucho tiempo a los buses. Los taxis fueron escasos y los que trabajaron aumentaron sus tarifas incluso en más de un 50%.
En la ciudad los daños se presentaron principalmente en los barrios donde no hay canales de drenaje, donde las obras están en ejecución o en lugares bajos donde antes eran tejerías, como Normandía, El Gallito, Virgen del Rosario, Cabo Paz, Suárez, Navidad, Comarca, Los Vallecitos, Totora, San Francisco Sur y Comarapa, situados en los distritos 5, 6, 7, 8, 9, 10 y 12.
Donde también se acumuló el agua fue en el Parque Industrial, en especial por el sexto anillo que une las avenidas Mutualista y Virgen de Luján, donde varios motorizados quedaron varados.
Algunas poblaciones de las provincias también se vieron afectadas por las precipitaciones y por el rebalse de calles, así como de quebradas y ríos. En Warnes, varias casas quedaron anegadas y algunos letreros desplomados.
Situación en los barrios
Los vecinos cuyas casas quedaron anegadas se vieron imposibilitados de salir a trabajar por temor a dejar solos a sus niños y para no ser saqueados.
El albañil Elio Medina y su esposa, Rosmery Gómez, quienes viven en el barrio Copacabana Sur, detrás de la cárcel de Palmasola, se encontraban ayer descansando después de haber trabajado toda la noche sacando con balde el agua que ingresó en los dos cuartos de su humilde vivienda. También colocaron arena en las puertas, pero no sirvió de nada.
En el barrio Los Claveles, Gloria Pérez se lamentó porque durante la mañana solo vendió salteñas por valor de Bs 100, cuando en días sin lluvia genera entre Bs 700 y 800.
En el barrio Totora, una vez más, los vecinos se vieron perjudicados por la inundación de sus casas, en especial la de Hilton Cholima, donde viven seis adultos y tres niños, que por ayer se mudaron donde la vecina hasta que baje el agua.
Pero, los que están de mal en peor son los vecinos del barrio 16 de Julio, en el Plan Tres Mil, que hoy están de fiesta, pero que pasarán la jornada abriendo las cunetas para desaguar la calle Las Margaritas, donde están anegadas las viviendas de Richard Arancibia y de Bernabé Romero, donde el agua llegaba a media pierna.
En el barrio Lucero del Alba un poste de energía quedó ladeado, lo que ha provocado el temor de los vecinos. Mientras tanto, en Satélite Norte la barda de un colegio se cayó debido a la lluvia y los fuertes vientos.
Los padres de familia de un grupo de 110 reclutas de la premilitar del Colegio Militar de Aviación pidieron a las autoridades castrenses que envíen ayuda a los jóvenes que quedaron aislados desde el martes por la crecida del río El Bateón de la Brecha 2, pasando Los Lotes. La tarea de rescate la realizó el Funsar al mando de Runny Callaú.
No se amplía la vacación
Por otro lado, el titular de la Dirección Departamental de Educación (DDE), Salomón Morales, descartó ampliar las vacaciones escolares en Santa Cruz argumentando que los días más fríos ya se registraron, por lo tanto, los clases se reinician el lunes 20 en todo el departamento
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