Ollas comunes, albergues improvisados, animales de granja muertos o en medio del lodo y el asecho de enfermedades es el panorama que afrontan los damnificados afectados por las lluvias en el valle alto cochabambino, a un mes de que el fenómeno climático golpeara al departamento y al país donde la situación es similar debido a que las lluvias continúan.
La situación pos desastre en la comunidad de Chirusi Rosario, una de las más damnificadas del municipio de Punata en el valle alto, es desoladora puesto que los pobladores todavía luchan por recuperar enseres de sus viviendas derrumbadas o en riesgo de colapso. Entre tanto, cerca de 30 familias se resguardan en la capilla de la comunidad puesto que lo perdieron todo.
“Las personas están viviendo en la capillita donde hay 20 camas, en las noches duermen algunas bajo el tinglado de la escuelita y otros estamos durmiendo en casas con goteras (…) Tenemos que retornarnos a nuestras viviendas aunque están medio partidas qué vamos hacer, hemos nacido aquí y acá moriremos”, dijo el dirigente de la zona Alfredo Suárez.
Mientras algunos pobladores de Chirusi Rosario utilizan bombas de agua para extraer los excesos de agua que anegaron sus viviendas y cultivos a 17 días del desborde del río Sulty, el poblador Wilder Patiño resguarda su vivienda a punto de derrumbarse y asegura que variedades de mosquitos atacan a los pobladores ante las aguas retenidas.
“Yo duermo en la iglesia. No tenemos casa en donde dormir porque se ha caído mi casa, hay harto mosquito y necesitamos alimento, ropa, colchones”, dijo Patiño con la mirada perdida sobre los restos de su vivienda en medio de las aguas.
Según el alcalde de Punata, José Antonio Gonzales, 150 viviendas fueron afectadas de las cuales 45 ya colapsaron. A ello se suman seis comunidades afectadas, 420 familias damnificadas y 220 hectáreas de cultivos dañados. La emergencia en salud es atendida con seis brigadas médicas compuestas por tres médicos cada una.
La situación es similar en Cliza donde según el alcalde, Freddy Vargas, las inundaciones dejaron un saldo de 60 viviendas colapsadas, 1.200 familias afectadas, cerca de mil hectáreas perdidas en su mayoría de maíz y 38 comunidades damnificadas.
El Oficial Mayor Administrativo de Cliza, Limbert Vallejos, informó el viernes que un 20 por ciento de los cultivos dañados se ha perdido completamente y se tiene la esperanza de recuperar lo restante. “Trabajamos en la posemergencia tratando de recuperarnos y no perder todos nuestros cultivos”, dijo.
La comunidad de islas Malvinas, en Cliza es una de las más afectadas puesto que alrededor de 30 personas que lo perdieron todo viven en carpas y se alimentan de una olla común con víveres suministrados por la Gobernación, la alcaldía e instituciones o personas solidarias.
Mientras las lluvias continúan los damnificados, en especial los más pequeños, sufren enfermedades gástricas, dérmicas y respiratorias. En el lugar y con su niño de 20 meses en brazos, Maritza Rocha, relata su sufrimiento durante la última la semana.
Cuenta que la humedad y el frío en la vivienda improvisada provocó el resfrío de su pequeño con el cual tuvo que trasladarse hasta el hospital de Cliza con el objetivo de tratar la tos de su criatura.
“Estamos en las carpas, nos hemos hecho pasar por el frio. Mi hijito se ha resfriado, tos le ha agarrado, estaba con flemas en gargantita. Una semana estoy en el hospital con mi hijito”, dijo conmovida Rocha.
El dirigente de Islas Malvinas, Pablo Rocha, informó que algunos de los niños enfermaron con resfríos, diarreas y gripes; sin embargo, un equipo médico del municipio los asiste. “Nos faltan frazadas para protegernos del frío”, informó el dirigente a tiempo de solicitar ayuda.
173 FAMILIAS S EVACUADAS EN CHULLPA K´ASA
La responsable de la Secretaría de la Madre Tierra, Cintya Vargas afirmó que 173 familias de 9 comunidades de Morochata son evacuadas desde ayer debido a que técnicos de la Unidad de Gestión de Riesgos de la Gobernación y geólogos de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) determinaron que hay riesgo.
Las comunidades que son evacuadas son; Chullpa K´asa, Pararani, Villa C´ollpha, Jatun Cienega, C´ollpha Chico A y B, Condor Nasa, Parangani y Potrero. Vargas afirmó que hay posibilidades de que en estas comunidades se presente deslizamientos. “Hay riesgo en estas zonas, sí que el viernes ya se han llevado carpas, víveres para que las familias sean evacuadas a zonas más estables. Estas viviendas deben construirse en otra zona, porque estos lugares son de riesgo”.
Capinota
Vargas afirmó que no hay riesgo de deslizamientos en Capinota como se había anunciado y que solo tres casas presentan rajaduras por la humedad. “La situación en el lugar no es de riesgo, nosotros inspeccionamos la zona ayer y verificamos esta situación, dejamos en el lugar carpas y víveres”, dijo.
No se rescataron más cuerpos
Pese a que ayer se encontraron rastros de sangre y mantas en la zona del deslizamiento en Chullpa K´asa, los 12 rescatista del SAR-Bolivia no pudieron rescatar ningún cuerpo.
El grupo apoyado por 25 soldados del regimiento Tumusla, trabajan desde el martes sobre cinco puntos que marco Tacha un can especialista en el rescate de cuerpos. “Habíamos encontrado mantas y rastros de sangre, pero no pudimos encontrar nada pese a que se cabo más de un metro de profundidad”, explicó, Mario Aranivar, coordinador del SAR-Bolivia.
Aranivar informó que los rescatistas continuarán trabajando en el lugar y que ahora deberán trabajar con más cuidado, debido al tiempo transcurrido los cuerpos comenzaran a seccionarse.
PRENSA SOLIDARIA
La Federación Sindical de Trabajadores de la Prensa que aglutina a más de 500 trabajadores de medios radiales, televisivos y escritos distribuyó ayer alimentos, ropa, material escolar y medicamentos a las comunidades del Valle Alto más afectadas por el fenómeno climático. “No solamente vamos a reflejar lo que sucede en las regiones, también importante que ahora que estamos organizados en un federación con más de 500 trabajadores podamos hacer lago”, dijo al respecto su secretario ejecutivo, Claudio Rojas. A la iniciativa también se sumaron voluntarios Scouts, el Hospital Univalle, el colegio departamental de médicos, Radio María y la Cooperativa San José.
La atención médica estuvo a cargo de 15 especialistas en pediatría, gastroenterología, cirujanos y médicos internistas del Hospital Univalle que transportaron una unidad móvil completamente equipada. Por su parte, los pobladores del valle alto agradecieron los donativos. La siguiente entrega será el Trópico cochabambino.
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