Wednesday, February 12, 2014

Falta de agua y alimentos agrava la desgracia en Beni

La escasez de agua potable, la falta de alimentos y de combustible amenazan con provocar un desastre mayor al que actualmente atraviesan los pobladores de Reyes, Rurrenabaque y San Borja, tres municipios benianos que se encuentran aislados e inundados a consecuencia de las lluvias y de las riadas que afectan a gran parte del territorio nacional.

La incesante lluvia provocó ayer dos nuevos deslizamientos de tierras en Rurrenabaque que aplastaron cuatro viviendas, aunque sin provocar víctimas, como ocurrió el 26 de enero, cuando un deslave acabó con la vida de seis personas. La humedad también amenaza con provocar otro alud en el municipio cochabambino de Morochata, razón por la cual las autoridades suspendieron el rescate de 11 cuerpos que se encuentran sepultados desde el sábado.

Desespero

“Las cosas en vez de mejorar van empeorando. Hay más gente evacuada, más lluvia, riadas fuertes, no hay agua potable en el pueblo, la electricidad está racionada, no tenemos gas, gasolina ni diésel. Es una situación muy difícil”, expresó impotente el alcalde de Rurrenabaque, Yerko Núñez.

“Hemos comprado toneladas y más toneladas de alimento, son cerca de 4.000 personas que se alimentan con nosotros y todas las escuelas están copadas, todas las infraestructuras municipales y privadas están llenas de gente, es un trabajo muy duro”, remarcó Núñez.

En situación similar se encuentran los habitantes de Reyes, donde hay más de 700 personas cobijadas en albergues. El alcalde de ese municipio, José Roca, dijo que el desborde del río Beni y la intransitabilidad de las carreteras están provocando desabastecimiento de alimentos y agua potable. “Si la ayuda no llega en las próximas horas, la población no tendrá con qué subsistir”, dijo Roca.

Donde sí llegó la ayuda fue a Caranavi, en el departamento de La Paz. El vicepresidente Álvaro García Linera encabezó una caravana de vehículos que llegó con 11 toneladas de alimentos a ese municipio que fue declarado en emergencia a consecuencia de la inundación. La autoridad evidenció que la mayoría de los habitantes perdieron sus viviendas, cultivos y enseres.

García Linera pidió a los pobladores de Caranavi que se organicen para distribuir las 11 toneladas de alimentos que llevó Defensa Civil y aseguró que el Gobierno continuará dotando de vituallas.

La ayuda también llegó a Villa Tunari y Chimoré porque la Gobernación de Cochabamba envió otras 37 toneladas de vituallas a los afectados por el desborde de ríos en el trópico cochabambino.

Por su lado, la Agencia Nacional de Hidrocarburos y la estatal YPFB enviaron combustible a Trinidad y Rurrenabaque en unos recipientes especiales dentro en un avión caza para abastecer a los helicópteros que están operando en tareas de rescate y evacuación de las familias afectadas por las inundaciones, dijo Gary Medrano, director de ANH

Las cifras de los desastres

46
Personas fallecidas
Hay en todo el país a consecuencia de las lluvias y las riadas. Defensa Civil también reporta 14 desaparecidos, entre los que figuran los 10 que fueron sepultados el sábado por un alud en Morochata.

52.337
Familias damnificadas
Existen en Bolivia. Cochabamba, Chuquisaca y Beni, en ese orden, son los departamentos con más familias afectadas. Según el Gobierno hay 1.774 viviendas destruidas por efecto de las aguas.

Una anciana muere ahogada en Arque

Una inesperada riada mató a una anciana en la localidad cochabambina de Arque, donde también 10 familias fueron evacuadas tras el deslizamiento de una ladera debido a las intensas lluvias, informó el alcalde de ese municipio, Cecilio Alanes.

Desde Potosí informaron de que una mujer de 50 años sobrevivió el sábado a la descarga eléctrica de un rayo en la localidad de Chancarí, mientras que un hombre de 50 años en Tintata, municipio de Llallagua, falleció por posible falla en un transformador provocado por un temporal y la mala instalación.

Según reportes del Gobierno, desde que comenzaron las lluvias, en noviembre de 2013, en el país se ha registrado la muerte de 46 personas, de 52.337 familias damnificadas, más de 1.500 viviendas destruidas y 127 municipios afectados. De acuerdo con voceros gubernamentales, este es el peor desastre desde 2006, cuando se registraron 90.000 víctimas y cuantiosas pérdidas económicas.

El gobernador de Chuquisaca, Esteban Urquizu, dijo que ocho personas fallecieron y 9.058 familias fueron afectadas por los desastres naturales en su departamento.

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