Trinidad, lejos de estar segura, está cada vez más caótica. Los refugios se multiplican por la ciudad

Las aguas rebalsan los refugios. La gente se muda por segunda vez, cada vez con menos cosas y a peores situaciones. “No queda otra que seguir con la vida para no pensar en que quizá en una hora o mañana tengamos que escapar de nuevo”, comentó un vecino.

El clima mejora pero las aguas siguen subiendo en Trinidad. Muchos de los anillos están en situación crítica. La maquinaria trabaja reforzando, pero por momentos el agua se filtra y los vecinos se alarman.

Durante la madrugada del lunes el agua llegó al colegio y al hospital de Puerto Almacén. También se filtró por los defensivos que pusieron para el barrio 9 de Abril y Medrano. Los vecinos organizan vigilias e inventan formas de medir la velocidad de la crecida.

Al costado de la carretera se ven carpas con el agua adentro y reses moribundas y muertas. La gente habla de ayuda gubernamental con resignación