Hace dos años, estudios y publicaciones alertaron que en el Beni se producirían inundaciones extremas como consecuencia de la construcción de megarrepresas en la frontera de Bolivia con el Brasil.
El periódico digital del Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB) publicó en 2012 dos artículos basados en estudios del responsable del Programa de Investigación y Monitoreo Ambiental de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema), Marco Ribera. En éstos se señalan los impactos ambientales que tendrán estas construcciones en territorio boliviano.
"Con Brasil se tiene una enorme amenaza sobre la Amazonia de Bolivia y se deriva de la construcción de las megarrepresas Jiraú y San Antonio, sobre el río Madera”, afirma el investigador. En ese entonces Ribera dijo que estas obras podrían ejercer impacto en la hidrología de las llanuras, sobre todo en época de lluvias.
El estudio explica que ambas represas construidas en el lado brasileño ocasionarían la reducción de la velocidad de flujo de agua por el río Madera, además de su retención.
"Las zonas de llanura amazónica adyacentes a los bosques ribereños que reciben aguas por el desborde de los cursos durante el pico de las inundaciones estacionales pueden permanecer anegadas desde pocas semanas hasta algunos meses. Con el efecto de las megarrepresas, estas zonas comenzarán a soportar inundaciones más prolongadas y severas, en algunos casos, posiblemente hasta permanentes en otros”, advirtió Ribera.
Estos largos periodos de inundación afectan la composición de los suelos y convierten a los pastizales en bajíos.
El estudio denominado "Primera aproximación a un inventario de Unidades Ecorregionales Amenazadas en Bolivia”, del mismo autor, establece que desde 2012 se incrementó el riesgo de sufrir inundaciones extremas por la construcción de los mencionados proyectos hidroeléctricos.
En 2011, Página Siete publicó un reportaje en el que, según estudios, estas megarrepresas provocarían el desplazamiento de poblaciones indígenas. Se calculó que en Brasil 2.500 familias que viven a orillas del Madera serían afectadas y que en Bolivia se elevarían los ríos, se inundarían los cultivos y proliferarían las enfermedades.
En junio de 2011, el Gobierno boliviano manifestó su preocupación por las consecuencias que traerían las represas brasileñas. "En Bolivia estamos muy preocupados por los posibles impactos que tendrán las represas brasileñas, especialmente de Jiraú”, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores, Juan Carlos Alurralde.
El Complejo Hidroeléctrico del Río Madera es un proyecto de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA). En él se contempla el corredor Perú-Bolivia-Brasil, con cuatro hidroeléctricas en este recorrido: Cachuela Esperanza (río Beni, Bolivia), Guajará Mirim, Jiraú y Santa Antonio, estas tres últimas en territorio del Brasil.
El martes se informó que las aguas del río Beni golpearon la población de Cachuela Esperanza, ubicada en la provincia Vaca Diez. El 80% de la población quedó bajo el agua, según la
subalcaldesa de Guayaramerín, Shiley Marínez.
"Hace 50 años no llegaban inundaciones a Cachuela Esperanza, ha rebasado el río Beni, tuvimos una crecida enorme, estamos rodeados de agua”, dijo Martínez.
El diputado por el Beni Juan Carlos Ojopi explicó que una de las posibles razones por la que en los últimos meses se registraron desastres y grandes inundaciones en este departamento, "además de ser una situación extraordinaria de la naturaleza, es la construcción de las hidroeléctricas vecinas a nuestra región, como es Jiraú y San Antonio. Ya se tenía previsto que esto podía pasar”.
El presidente Evo Morales manifestó el martes, desde Trinidad, que es "algo raro” la inundación en Cachuela Esperanza y pidió que se realice una investigación para conocer si las represas que se construyeron en territorio brasileño, y que operan desde 2012, son la causa de la inundación.
Niegan desastre en Beni para compartir gastos
Oxígeno / La Paz
El Gobierno reveló ayer que no declara zona de desastre al Beni para que los recursos económicos no sólo salgan del Tesoro General de la Nación (TGN), sino que los aportes también se realicen desde la Gobernación y los municipios.
"Si se declara zona de desastre sólo el Gobierno nacional tendría que cubrir los costos, dejando de lado a las gobernaciones y a los municipios”, dijo el vicepresidente Álvaro García Linera.
Aseguró que es un momento en el que todas las instancias del Estado tienen la obligación de erogar recursos para atender las necesidades que dejan las lluvias.
"Ése es el debate y por eso la posición del Gobierno de mantener, de justificar la declaratoria de emergencia nacional, que obliga a los municipios y a las gobernaciones a mantener dinero, a involucrarse, porque para eso se les entregó dinero, para que se involucren”, sostuvo.
El Vicepresidente también informó que el presidente Morales instruyó la compra de chatas para evacuar al ganado vacuno del Beni y el envío de alimentos para las reses de este departamento. "El Presidente ha tomado la decisión de que se usen recursos para la compra de chatas y transportar al ganado”.
El presidente de la Federación de Ganaderos de Beni y Pando, Mario Hurtado, informó que a la fecha se perdieron más de 84.000 cabezas de ganado.
Advierten más inundaciones
El diputado por el departamento del Beni Juan Carlos Ojopi advirtió que la provincia Vaca Díez, donde se encuentra la población de Cachuela Esperanza, sufrirá más inundaciones a partir de las próximas semanas por el avance de las aguas de las regiones altas.
"Acá, en la provincia Vaca Diez, en marzo o hasta abril recién nos llegarán las consecuencias de las inundaciones. No podemos decir que la emergencia haya pasado, sino que recién empezará desde las próximas semanas”, informó el asambleísta Ojopi.
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