Wednesday, February 12, 2014

Racionan la luz y el gas en San Borja; tampoco hay vuelos

Silfredo Antezana, de 50 años, deambula en el aeropuerto de San Borja como alma en pena. Desde las 7:00 de ayer camina de la sala de espera de pasajeros a la pista, de los hangares a la calle. Se acerca a todos los pilotos para hacer su oferta: “Estoy dispuesto a perder todos mis bienes, pero quiero a mi familia de vuelta”.

La nuera embarazada de Silfredo, su hijo, una niña y un vaquero que trabaja en su rancho, Bosques del Norte, llevan cuatro días aislados porque el turbión del río Maniqui convirtió a San Borja en un 'islote' con comunidades y propiedades, como la suya, en archipiélagos. “Iba a llevar comida el lunes; mi nietito en la panza y la niña que tienen a cargo... Se han quedado sin comer, ayúdeme”, suplica.

Desesperación

Escenas como esa son el pan del día en esta ciudad, que es la cuarta población más numerosa de Beni.

Un pueblo de evacuados de las inundaciones, donde se ha cortado el abastecimiento de gas natural, la electricidad se raciona, ya no ingresan alimentos a los almacenes y los camiones cisternas de gasolina y diésel han quedado varados porque el río se apoderó de los caminos hacia La Paz y Trinidad.

“Estamos completamente aislados y da miedo el turbión que se nos viene", dijo el alcalde Jorge Áñez, al bajar de un sobrevuelo en el que advirtió cómo Yucumo, Chaparina y La Embocada han quedado disgregadas por el agua del Maniqui, y mucha gente por rescatar, aunque la Alcaldía no tiene los medios para hacerlo.

Hortensia Nuni, una anciana tsimán de 71 años, llora en el campamento del barrio Nuevo Mundo, bajo un tinglado en pleno casco viejo borjano. “Nadie ayuda a la gente de la comunidad, se han quedado porque no pueden salir y deben estar muriendo de hambre, por eso tengo tanta tristeza”, afirmó Hortensia, que huyó de El Carmen del Maniqui para refugiarse en la ciudad. Igual a ella, otros 50 indígenas de esa localidad y de Puerto Gregorio buscan comida y medicamentos en el pueblo. Eligio Naté Moye, de 25 años, fue el último de los rescatados de Puerto Gregorio y ha tenido que recibir primeros auxilios porque se cortó el tobillo izquierdo con un madero que trajo el río. La ayuda todavía no llega./RDA

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